domingo, 4 de junio de 2017

Una experiencia habitual considerada normal

Hola a todos! Hoy vengo a contarles la historia de un hecho que me lastimó mucho, física y sentimentalmente, y sucedió la semana pasada.
Este año comencé la universidad y para trasladarme allí preciso de medios de transporte como los requieren la mayoría de las personas. No niego que de no existir no podríamos siquiera conocer nuevas oportunidades y metas a alcanzar, pues son un mecanismo de traslado que surgio precisamente para ayudar a crear y proclamar cultura. Pero tampoco podemos considerarlos como el único medio con el que somos capaces de hacerlo ni mucho menos podemos adaptarnos a tener que arriesgar nuestras vidas de no tenerlos o mismo, al solo usarlos. Así como ahora me considerarán una loca por trasladar el tema a algo tan complejo, la loca no era yo cuando me ocurrió lo que les contaré.
Era de mañana, las 7 am. aproximadamente, si mal no recuerdo. Simplificado: para llegar a la universidad debo tomar un colectivo y un tren por diez estaciones. Al terminar el recorrido del colectivo fue cuando al bajarme en la parada habitual, el conductor comenzó a acelerar nuevamente antes de que yo termine de bajar. En ese momento, me desestabilicé, me doblé el tobillo
izquierdo y me caí al suelo. Aún estaba obscuro y no había nadie en la calle en que bajé, por lo que no recibí ayuda de nadie y menos del conductor que al parecer, no sé, qué se yo, quizá estaba apurado, y por ende vi partir en el colectivo, más velozmente aún mientras yo quedé en el piso. Luego de caminar como pude, porque no resistía el dolor, a dos cuadras estaba la estación para tomar el tren. Me dirigí a la boletería, saqué mi boleto y esperé el tren.
La odisea no acabó ahí. A cuatro paradas luego de tomar el tren comencé a sentirme mal, me bajó la presión (y sí; no aguantaba el dolor en el tobillo y además iba haciendo equilibrio, parada como de costumbre, porque trenes anteriores al mío se habían retrasado y ya sabrán como se viaja cuando suceden estas cosas). Una señora notó mi estado de palidez y pidió si podían darme un asiento. Agradecí como nunca a la señora y al señor que me lo dió y les comenté lo que me había ocurrido. Aún así seguía sin sentirme del todo bien al estado de siquiera sentir el tremendo viento que entraba por la puerta abierta que estaba trabada y que parecía, me quitaba aún más el oxígeno. No dudaron en pedir ayuda apenas llegamos a la siguiente estación y me bajaron del tren entre agentes de seguridad y quienes me dieron el asiento. En ese momento llamé a mi papá y de la estación llamaron a emergencias, la cual llegó luego de una hora de espera. Para ese entonces ya me habría muerto de ser más grave el hecho. Como paramédicos debían trasladarme a un hospital y permanecer conmigo hasta que me dieran un diagnóstico, hecho que molestó a ellos mismos cuando en el hospital que correspondía según el municipio en el cual nos encontrábamos, ni siquiera nos tomaron la situación inicial por la que habíamos recurrido allí y por ende nunca más apareció el traumatólogo a atenderme a mi y a las cinco personas que había delante mío. Luego de dos horas de espera, decidimos con mi papá trasladarnos a otro hospital por nuestra propia cuenta, pues yo aún seguía molesta del dolor.
Tras cuarenta minutos más llegamos al hospital en el que me atiendo desde chica y también toda mi familia. Venía todo bien hasta que me tocó esperar a que me hicieran una placa para saber cuál era el estado de mi tobillo. En ese entonces y desde que ingresé al hospital me trasladaban en silla de ruedas, hasta que un hecho perturbó mi pensamiento y decidí crear en cuanto pudiera, una entrada en mi Blog porque este me parece un gran tema de debate.
En el hospital había sido que estaban escasos en sillas de ruedas, entonces te las ofrecían por turnos. A mi me la dejaban veinte minutos y se la ofrecían a otro paciente otros veinte minutos, me la devolvían otros veinte minutos y así sucesivamente. No podía creerlo. Pero no sólo estaban escasos en ese material. También en doctores. -¡Qué loco che! -dije. Sentía una angustia enorme y se me escapaban las lágrimas. Los doctores que finalmente me atendieron, ambos estaban en prácticas y empezaron a experimentar con mi tobillo. -¿Y cómo te das cuenta si es una fractura? -preguntó uno al otro, quien no supo responderle, por lo que a modo de explicación me presionó en ambos extremos de los tobillos, de tal manera que me hizo ver estrellas del dolor. -Y si el paciente no grita es porque no está fracturado -le comentó.
Cada vez me sentía más frustrada. Pensaba en todo lo que me había sucedido en tan sólo cinco horas de la mañana, en cómo no le importa el otro a nadie con "poderes" o "niveles superiores", ni que se lastime, ni que sufra, ni que esté mejor. Y en cambio los únicos que en verdad se preocuparon por saber cómo estaba, qué me ocurría, fueron los mismos pares, los mismos con los que compartía el viaje, los mismos que saben lo que es viajar hasta incluso algunos días en los escalones o estribos de las puertas, que saben lo que son los accidentes que ocurren a causa del mal funcionamiento de los medios de transporte públicos y sus conductores.
Comenten lo que opinan al respecto. Besitos! :*

domingo, 27 de noviembre de 2016

¿La/el fea/o del grupo?

Hola a todos! Alguna vez habrán experimentado sentirse inferiores al resto de sus conocidos, amigos, compañeros de escuela.. Sentirse hasta más feo. Tal vez no parezca un tema muy importante para algunos, pero es cierto que existen miles de personas que se dañan a sí mismos sin saberlo, viniéndose abajo por críticas ajenas o desprecios. Que sienten que toda su vida tuvieron amigos muy lindos, que se visten bien y son muy simpáticos y ellos todo lo contrario, que poseen pocas de esas cualidades y a pesar de ser inteligentes y dedicados se consumen en el pensamiento de que esto no es algo que llame mucho la atención hoy en día. Se sienten siempre la última opción para relacionarse o el amigo molesto que no consigue con quién estar y eso les hace sentirse aún peor. Que se sienten feos y al ser tímidos, la inseguridad les gana con respecto a su propia imagen tanto corporal como espiritual. Pero chicos! No son los únicos. No se sumerjan en la búsqueda de ser mejores o similares a quienes los rodean. Sean ustedes y no pierdan su tiempo en esperar algo o a alguien que no los aceptan como son; en verdad no les importan. Denle tiempo al tiempo; ya llegará el momento en el que se rodearán de personas que compartan sus principios que son los que más importan, que los complementarán y que no les importe solo lo popular o el qué dirán. Disfruten y vivan como son, que por algún motivo son de esa manera. Y recuerden que nadie puede hacerlos sentir inferior sin su propio consentimiento.

Un camino IN16UALABLE!

Ayer fue el último día! Pero tan fácil no se van a deshacer de mí! Jajaja Me siento re feliz por haber pasado por cada año y por saber que no va a existir un recorrido más hermoso ni igual al de la secundaria. Hoy recordaba con mis compañeros y papás esos primeros días de cada año donde empezás con toda y al tercer día pedís que se termine, que lleguen las vacaciones. Y de repente se te pasó volando. Soy feliz por la cantidad de experiencias, amigos, y por lo que cada día aprendí nuevo. Pero sobretodo por haber disfrutado, vivido.. Se va a extrañar a los Profes que llamamos copados y sin duda alguna, más a los que no tanto pero que nos hicieron superarnos día a día, renegar, pero aprender. Y mucho menos se van a olvidar las charlas en los momentos justos, las formas de hacerlos renegar a ellos también, las súplicas a fin de trimestre por un puntito más. Y ni hablar de los compañeros, el grupo separado, con ideas distintas pero que cuando uno más necesita del otro, él está y va a seguir estando siempre. Los queridos preceptores! Que nos cubren hasta cuando ni ellos pueden cubrirse de los mil y un quilombos en los que los metemos. El desayuno; cómo olvidarlo! Todos los días a la hora exacta y con la mejor voluntad de las porteras. Las autoridades, que nos dan un poco de miedito a veces, pero en un abrir y cerrar de ojos, los observas y quizá los encontrás jugando voley en el patio con los chicos, bailando en las jornadas recreativas, festejando junto a los egresados su último año, preparando cada día para hacerlo confortable para cada alumno, docente y quien pase por la escuela. Y no sé si todos pensarán lo mismo, pero yo no olvidaría tampoco a las bibliotecarias, que cuando querés leer algo, parece que piensan y sienten como vos y te adivinan y recomiendan la mejor obra para ese momento justo, y mantienen siempre un orden excelente de la biblioteca para hacerla un lugar hermoso.
La escuela nos formó, nos educó, nos ayudó, nos hizo felices. Muchas gracias!

Comenten sus experiencias también!! :')

jueves, 6 de octubre de 2016

¡¿Dudas?!

¿Quién de nosotros no experimentó alguna vez esa nostalgia de no saber qué decidir? ¿Es blanco o negro? ¿O quizá gris? ¿Puede ser correcto que sea gris?
Ayer sonó el despertador a la hora de siempre y sin embargo volteé y dormí unos 15 minutos más. Me levanté para ir al cole como cada día, pero más tarde de lo habitual. Era, lo notaba, algo anormal en mis hábitos. Y no dudé que ya algo raro me anticipaba el día.. Lo confirmé con algo muy tonto, pero real; de dos colectivos que puedo tomar que hacen el mismo recorrido y me dejan en el mismo lugar, no sabía a qué parada ir de las dos dudando acerca de cuál iba a llegar primero, si iba a llegar a cruzar la calle para pararlo si venía primero el de la parada de en frente... Fui a buscar uno a la parada de en frente y no paró, volví a la parada habitual, llegó el colectivo y a la cuadra paró porque se rompió.
Llegar al colegio llegué; cómo, ya pasó. El tema es que siempre te queda ese pensamiento de ¿qué hubiera pasado si no hubiese sido tan vaga y me hubiese levantado a la hora de siempre?, hubiese llegado a tomar el colectivo anterior y no el que justo no paró, o el otro que se rompió en el recorrido. Pero la cuestión que busco resaltar es que por algo siempre pasan las cosas que pasan y como pasan.. No podemos saber si, si hubiésemos hecho algo de otra manera u otra cosa, podría habernos ido mejor o peor. Se vive el momento, ¡tampoco somos adivinos!.
Normalmente tener estas dudas nos lleva a estar mal todo el día, o de mal humor, a alterarnos, o simplemente a no dejar descansar nuestra
conciencia, a estar dependiendo del perseguimiento acerca de si está bien o mal lo que hicimos, hacemos, vamos a hacer o podríamos llegar a hacer. Vivamos, y si nos equivocamos, aprendamos de los errores. ¡No todo en la vida va a ser color de rosa! Como mucho lloraremos, estaremos tristes o angustiados unos ratos, pero todo pasa, y lo repito, de todo se aprende. Pero sobre todo, elijamos aquello con lo que más a gusto nos sintamos, para estar bien.

Les apunto una tarea: No pensar en las consecuencias y vivir el momento.

                Comenten qué opinan y cuenten sus experiencias!

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Último año de la Escuela Secundaria..

Hola! Soy Carolina y estoy cursando el último año de la secundaria en el mismo cole en el que asisto desde tercer año, hace ya cuatro años. Cuatro hermosos años, compartiendo los mejores compañeros, las mejores aventuras y vivencias. Miles de emociones, ratos de charlas, risas, complicidades, silencios... que nunca voy a olvidar. La verdad es que falta solo una parte muy chica del año, para el egreso, para largarnos a la vida adulta, con miles de responsabilidades y situaciones a enfrentar con lo que más podamos. Y es muy loco mirar hacia atrás, recordar cada año, cómo fue que llegamos, que alcanzamos tan lejos en el camino. Pero solo se pudo, creo, porque a pesar de un montón de líos en grupo, de conflictos internos y externos, de alguna que otra decepción o diferencias, siempre mantuvimos ese carácter unido, de un grupo que se manda cagadas, pero en forma de grupo, que enfrenta, se divierte, disfruta, vive, en grupo, todos juntos. Me entristece mucho saber que falta tan poco para acabar, pero más me enorgullece, por nuestro hermoso objetivo que va a lograrse, como lo es el terminar los estudios secundarios. Desearía y no hay momento en que no quiera que les vaya más que excelente en sus vidas a mis hermosos COMPAÑEROS. Siempre van a poder contar conmigo, cuando lo necesiten, para algún consejito, una ayuda, o tan solo una oreja que escuche o un abrazo.

Si están en su último año, por favor dejen su opinión y ejemplos de sus vivencias. Si no, también. Gracias por colaborar. Besos ;)